Día Mundial Basura Cero
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Este 30 de marzo, es el día mundial Cero Desechos, una jornada que tiene como objetivo promover modalidades de consumo y producción sostenibles, así como crear conciencia de la contribución de las iniciativas sobre cero desechos para la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esta agenda, por si no la conocen, es un plan maestro para conseguir un futuro sostenible para todos, y se refiere a variadas temáticas como fin de la pobreza, educación de calidad, agua limpia y saneamiento, entre otros.
El 14 de diciembre de 2022, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció formalmente la importancia de las iniciativas de cero desechos y proclamó que el 30 de marzo es el Día Internacional de Cero Desechos, que se celebrará todos los años a partir de 2023. Así que el movimiento ha recibido esta reciente validación por un organismo internacional, lo cual no hace sino confirmar que es valioso su aporte para la sociedad.
Y es que, aquí vienen unas cifras aterradoras: Cada año, los seres humanos generan 2 mil millones aprox de toneladas de residuos sólidos domiciliarios. 2.700 millones de personas carecen de acceso a un sistema de recolección de residuos, 2.000 millones de las cuales viven en zonas rurales. Sin una acción urgente, la generación anual de residuos sólidos municipales alcanzará los 3.800 millones de toneladas en 2050.
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Los consumidores podemos y debemos cambiar nuestros hábitos de consumo y reutilizar y reparar productos tanto como sea posible... Las industrias deben adoptar un sistema “de la cuna a la cuna”, donde los objetos pueden pensarse para que, luego de su vida útil, se conviertan en alimento/nutriente/insumo de algo más o se reutilicen infinitamente, en caso de tener un componente tecnológico. Y también, tienen que trabajar en conjunto para implementar estrategias cero residuos a nivel comunal/regional. Los gobiernos deben mejorar desarrollar e implementar políticas tendientes a evitar los desechos, ya que la crisis de los residuos afecta de manera desproporcionada a los marginados, los pobres urbanos, las mujeres y los jóvenes.
En el siglo XX, el propósito de la gestión de residuos era minimizar el daño ambiental inmediato a través de la recolección de residuos y su eliminación de la manera menos dañina para el medio ambiente. La filosofía basura cero del siglo XXI nos lleva a cambiar el enfoque de la gestión de residuos, a la gestión adecuada de los valiosos recursos de nuestra Tierra.
¿Qué estamos echando a la bolsa negra de plástico?
Alimentos: 1/3 de la producción global de alimentos o 1.300 millones de toneladas. Aquí se incluyen frutas y verduras, productos animales y del mar que por algún motivo se pierden en la cadena que va desde la producción hasta el consumidor. También alimentos que se descartan en supermercados y ferias por estar vencidos o un poco “machucados”, y las sobras que desechamos en nuestras casas y en los restaurantes. Fuente ONU
Empaques, envoltorios, ropa: Se estima que más de la mitad de la producción mundial de vestuario termina en un vertedero o incinerada, esto equivale aproximadamente a 92 millones de toneladas de residuo textil. No sé si han visto imágenes del desierto de Atacama, pero desde el espacio es posible apreciar lo que se estima que son 40 mil toneladas de descartes de la industria textil acumuladas en grandes montañas a lo largo de 300 hectáreas del desierto chileno. Fuente: BBC
Electrónicos y electrodomésticos: Según la ONU, el promedio mundial de este tipo de basura es de 6,7 kg por persona anual. En Chile, se estima entre 10 y 12 kg por persona anual y de 50 millones de toneladas a nivel mundial. Aquí hay computadores, teléfonos móvil, cables, etc. ¡Muebles, libros, juguetes! Vi un refri en el mar en un reel en Insta. ¡Un colchón y una cocina!
¿Cómo bajamos esa cifra monstruosa a la mitad?
¡Muy fácil! COMPOSTAJE.
Alrededor del 50% de los residuos de un hogar, corresponden a residuos orgánicos, lo que en sí no tiene nada de malo. El problema se produce cuando van a parar a un vertedero o relleno sanitario, porque allí son tapados con una capa de tierra y compactados, generando metano. Por otra parte, los residuos orgánicos contribuyen a aumentar el tamaño de los vertederos. ¡Es hora de hacerse cargo!
“Cuando compostamos, imitamos a la naturaleza en su forma de reciclar. Una pila de compost funciona como el aparato digestivo de una huerta”. María Gabriela Escrivá, autora de Manual de Huerta Orgánica.
¿Qué compostar?
Materia orgánica verde: Materia fresca como borra de café, bolsas de té, algas, cáscaras de fruta, restos de verduras, cáscaras de huevo, cáscaras de frutos secos, pelo de mascota.
Materia orgánica café: Materia seca como paja, hojas secas, papel picado, cartón. No hay que incluir: Comida cocinada, restos de carne, pescado, huesos, lácteos, aceites y grasas, cítricos, desechos de mascotas, plantas con enfermedades o plagas.
¿Cuáles son las técnicas de compostaje?
Compostaje y Vermicompostaje. La primera, hay un proceso que se basa en la acción de microorganismos, que pueden descomponer desechos orgánicos domésticos y del jardín. En la segunda, es un proceso que utiliza las capacidades descomponedoras de las lombrices para transformar restos orgánicos domésticos en abono.
En Frutillar, tenemos un par de exponentes del compostaje: Gabriel Oyarzo, agricultor y emprendedor en La Huerta de Gabriel, desde hace 4 años aproximadamente se dedica al cultivo de hortalizas, principalmente, al agroturismo, realiza talleres de huerta a niñ@s, jóvenes, adultos. Él ofrece la Construcción y Manejo de Módulo de Reciclaje de Residuos Orgánicos, por ejemplo compostera de madera, vermicompostera, y también bodega para guardar elementos como carretilla, arnero y herramientas varias.
Cristián Vásquez, por su parte, es creador de Plan C, y también realiza talleres para la comunidad. Él ofrece el servicio de retiro de residuos orgánicos a domicilio, lo cual realiza una vez por semana, y al cabo de un mes, devuelve abono a las familias para que lo integren en sus plantas. Hace un tiempo atrás, Cristián entregó a una pequeña agricultora del sector Loma de la Piedra de Frutillar, el abono obtenido del compostaje.
Si yo pudiera influir de alguna manera en nuestra ciudad, yo intentaría educar a toda la población, grandes y chicos, acerca de la importancia de reintegrar los residuos orgánicos a la tierra. Habría que hacer una campaña masiva en todas las escuelas y colegios. Las cafeterías de dichos establecimientos educacionales tendrían que separar los residuos orgánicos al momento de preparar el almuerzo para toda la comunidad. Por otro lado, todo el sector de hotelería, restauración y cafeterías, debería separar sus residuos orgánicos de los inorgánicos. Y cada familia también tendría que sumarse a la campaña.
En este momento es donde yo creo que el municipio debería encargarse del retiro de los orgánicos, para llevarlos a compostar o a emplearlos como biogás. Así, los viajes del camión de la basura, se reducirían a la mitad. Ya no tendría que viajar kms y kms hasta el relleno sanitario La Laja. Se podría ahorrar todo ese combustible. Tal vez se podría pensar en una ubicación más cercana a la ciudad, para una planta de compostaje y biogás. Un lugar donde los mismos niños, niñas y adolescentes aprenden cómo los residuos orgánicos se convierten en abono y energía. Donde hay una circularidad…
Suena lindo, ¿no?
Escrito por: Fernanda Piedra